domingo, 17 de diciembre de 2017

Gian Lorenzo Bernini

Gian Lorenzo Bernini

(Nápoles, 1598-Roma, 1680) Escultor, arquitecto y pintor italiano. Bernini es el gran genio del barroco italiano, el heredero de la fuerza escultórica de Miguel Ángel y principal modelo del Barroco arquitectónico en Europa.
Autorretrato de Bernini


Aprendió los rudimentos de la escultura en el taller de su padre, Pietro (1562-1629), un escultor manierista de cierto relieve. Fue también su padre quien lo puso en contacto con algunos de los mecenas más importantes de su tiempo, lo que le permitió manifestar su talento de una forma bastante precoz. En sus obras más tempranas (Eneas, Anquises y Ascanio, El rapto de Proserpina) resultan ya evidentes la ruptura con el manierismo tardío y una concepción radicalmente distinta de la escultura; el intenso dramatismo, la grandiosidad y la búsqueda de efectos escenográficos están ya presentes en estas primeras creaciones.

En 1629, Bernini fue nombrado arquitecto de la basílica de San Pedro por el papa Urbano VIII. Desde entonces hasta su muerte trabajó ininterrumpidamente para los sumos pontífices, salvo un cierto paréntesis durante el pontificado de Inocencio X, quien prefirió a otros artistas y le encargó pocas obras. De sus realizaciones para San Pedro destacan el gran baldaquino sobre el altar mayor y el grupo escultórico de los Padres de la Iglesia que, observado a través de las columnas del baldaquino, ofrece efectos de una gran fuerza teatral, tal como pretendía el artífice.

La Plaza de San Pedro (1656-1657)
y detalle de Éxtasis de Santa Teresa (1647-1652)


Su mejor aportación a la basílica de San Pedro fue, sin embargo, la columnata que rodea la plaza, justo delante del templo, que le ha valido elogios continuos por su armonía y sus efectos escenográficos. Esta columnata representó una gran novedad, no sólo por sus dimensiones, sino sobre todo por su disposición elíptica, una forma muy cara a los arquitectos barrocos, inclinados a conferir a todas sus obras efectos de movimiento. Las monumentales estatuas que la rematan en su parte superior dotan al conjunto de un aire todavía más majestuoso y solemne si cabe.




Aunque en menor medida, Bernini trabajó también para mecenas privados, y fruto de esa colaboración es la obra quizá más representativa de su estilo escultórico, el Éxtasis de santa Teresa. Resulta difícil concebir una mayor intensidad dramática y una mayor fuerza dinámica en una realización de pequeñas dimensiones ejecutada mediante un tratamiento exquisito del mármol. Por su condición de elemento para la decoración de una capilla y sus magníficos efectos de claroscuro, se considera esta obra como un compendio magistral de las tres artes mayores, arquitectura, escultura y pintura, y por ello ha quedado como modelo incomparable de la escultura barroca.
De sus realizaciones como arquitecto, la más valorada, además de la columnata de San Pedro, es la pequeña iglesia de San Andrea al Quirinale, en la que arquitectura y escultura se unen en una búsqueda de efectismo destinada a crear un ambiente adecuado para suscitar la fe y los sentimientos religiosos. El palacio Chigi-Odescalchi, que ejerció una influencia decisiva en toda Europa, es uno de sus edificios civiles más conseguidos.
Con sus hermosos edificios barrocos, Bernini coadyuvó como nadie en la renovación urbanística de Roma, a la cual aporto así mismo multitud de estatuas y algunas fuentes monumentales que todavía contribuyen en la actualidad a la belleza de la urbe. La que le encargó Inocencio X para decorar la piazza Navona, llamada Fuente de los cuatro ríos, es la más espectacular de estas realizaciones. Pintor por afición, sus obras se conservan hoy en los museos más reputados por su gran calidad, lo mismo que sus dibujos, que figuran en las mejores colecciones del mundo.

CINCO OBRAS DE BERNINI QUE VER EN ROMA

 



1. La Violación de Proserpina

Otra escena mitológica, esta obra representa el rapto de Proserpina por el Dios del Inframundo, Plutón. También se encuentra en la Galleria Borghese, esta obra se terminó en 1622, cuando Bernini tenía sólo 23 años. Es una de sus obras maestras, si no su mejor trabajo, debido a la forma en que usa sus materiales. Bajo el toque de Bernini, el mármol es como la carne. Esto es particularmente evidente si nos fijamos en las manos de Plutón sobre el muslo y la cintura de Proserpina, hundiéndose en su piel como si fuera real. Es una escultura asombrosa por sí misma, pero combinada con el drama de la escena y la credibilidad de las expresiones, es impresionante.


2. Éxtasis de Santa Teresa

Este trabajo es similar a la escultura de Ludovica como se mencionó anteriormente. Situada en la capilla Cornaro de Santa Maria della Vittoria, representa a Santa Teresa en un estado de éxtasis religioso de una manera teatral. La luz divina brilla en ella desde arriba y un ángel del Señor desciende sobre ella. Teresa, con ostentación de sus túnicas voluminosas, se arqua hacia arriba y hace un gesto de alegría y entra en èxtasis, incapaz de soportar la majestuosidad de lo que le está sucediendo. La pasión de esta historia y la tensión innata de la obra, la aporta realidad y esto hace que el espectador quede conmovido.



3. Apolo y Dafne

Una de sus obras más famosas, esta esculptura en la Galeria Borghese muestra la ninfa, Dafne perseguida por el dios Apolo. Cuando él la alcanza, sin embargo, ella envía una oración a su padre, un dios del río. Ella desea ser salvada de Apolo y, al hacerlo, la transforma en un árbol. En la escultura vemos como la transformación ocurre. Los brazos de Daphne se vuelven ramas y un tronco aparece debajo de ella.





2. Éxtasis de Santa Teresa

Este trabajo es similar a la escultura de Ludovica como se mencionó anteriormente. Situada en la capilla Cornaro de Santa Maria della Vittoria, representa a Santa Teresa en un estado de éxtasis religioso de una manera teatral. La luz divina brilla en ella desde arriba y un ángel del Señor desciende sobre ella. Teresa, con ostentación de sus túnicas voluminosas, se arqua hacia arriba y hace un gesto de alegría y entra en èxtasis, incapaz de soportar la majestuosidad de lo que le está sucediendo. La pasión de esta historia y la tensión innata de la obra, la aporta realidad y esto hace que el espectador quede conmovido.



4. Beata Ludovica Albertoni

Este trabajo se encuentra en la iglesia de San Francesco a Ripa y es un monumento funerario. Terminado en 1674, fue creado para la capilla de Altieri. Representa la figura piadosa de Ludovica Albertoni, una noble romana que entró en la Tercera Orden de San Francisco tras la muerte de su marido y más tarde beatificada. Ludovica se muestra en comunión mística con Dios y su movimiento arqueado y los pliegues de la ropa de la cama parecen como si tuviese vida real en lugar de ser de piedra.



5. Elefante y Obelisco

Es la única imagen de una bestia en esta lista, esta maravillosa escultura tiene la ventaja añadida de estar situada al aire libre y ser, por tanto, fácil de visitar. Probablemente erigida por un asistente, fue diseñada por Bernini y construido para incluir un obelisco egipcio preexistente que había sido descubierto cerca.

Se mostró al pùblico en 1667, en la plaza delante de Santa María Sopra Minerva y sigue en pie en el mismo sitio.

LAS ANIMAS DE BERNINI




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