
La educación en la antigua Roma
La mayoría de los niños romanos recibieron su educación de sus propios padres. A los niños se les enseñaba a tirar lanzas, usar una espada, cazar, nadar y montar a caballo, quien lo tuviera. Se cuidaba mucho el entrenamiento físico debido al futuro papel del alumno como defensor del Imperio. Pero como la educación era muy importante para los antiguos romanos, quien se lo podía permitir gastaba enormes cantidades de dinero en educar a sus hijos empleando a profesores particulares en el hogar. Por lo general era más barato comprar un esclavo griego educado para enseñar a los niños que enviarlos a la escuela.
Pero Quintiliano, un importante pedagogo romano del siglo I d.C, opinaba que las escuelas eran mejores que los profesores particulares. Sostenía que éstas alentaban la competencia entre los niños y, al hacerlo, los alumnos mejoraban considerablemente su rendimiento. Poco a poco los romanos ricos se convencieron de estos argumentos y las escuelas se hicieron cada vez más populares. Por el contrario, los pobres no recibían una educación formal.
En general, las escuelas eran sólo para niños, y pocas veces se trataba de un edificio individual. Estas solían ser una extensión de una tienda separada de la gente únicamente por una simple cortina, o una sola habitación con los pupitres dispuestos en gradas.
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| Escuela de Roma |
- Ocio y entretenimiento
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Una de las formas preferidas por los romanos acomodados para pasar el día era asistir al Coliseo. Los entretenimientos duraban desde por la mañana hasta que el Sol se ponía. Los romanos disfrutaban mucho con el derramamiento de sangre, como en los combates de gladiadores a vida o muerte.
Estos combates eran entre ellos mismos o entre un gladiador y un animal salvaje. Los gladiadores solían ser esclavos de guerra que habían completado un duro entrenamiento. Si sobrevivían a varios combates, entonces se les otorgaba la libertad.
Entre la historia y la leyenda
Una de las formas preferidas por los romanos acomodados para pasar el día era asistir al Coliseo. Los entretenimientos duraban desde por la mañana hasta que el Sol se ponía. Los romanos disfrutaban mucho con el derramamiento de sangre, como en los combates de gladiadores a vida o muerte.
Estos combates eran entre ellos mismos o entre un gladiador y un animal salvaje. Los gladiadores solían ser esclavos de guerra que habían completado un duro entrenamiento. Si sobrevivían a varios combates, entonces se les otorgaba la libertad.
La historia de los orígenes de Roma se pierde entre las brumas de la leyenda. Sus humildes comienzos no debieron distinguirse mucho de los de tantas ciudades de la región del Lacio. Pero con el tiempo, los antiguos historiadores romanos pensaron que la ciudad escogida por los dioses para convertirse en dueña del mundo debía tener un origen heroico, que adornaron con infinidad de leyendas, muchas veces contradictorias entre sí, llenas de dioses y héroes mitológicos.
De hecho, para los modernos investigadores resulta difícil distinguir leyenda y realidad, porque a veces, inesperados descubrimientos arqueológicos sacan a la luz las huellas de personajes y sucesos que parecían meras invenciones legendarias
Rómulo y Remo
Roma fue fundada, según la tradición, por dos hermanos gemelos, Rómulo y Remo, que, acompañados de bandidos y vagabundos expulsados de sus propias ciudades, decidieron fundar un nuevo asentamiento junto al Tíber. Sin embargo, los dos hermanos no se ponían de acuerdo acerca del lugar en que levantarían su ciudad. Remo prefería el promontorio del Aventino, mientras que Rómulo se inclinaba por la colina del Palatino. Así las cosas, decidieron dejar su disputa al arbitrio de los dioses y -apostados cada uno en su colina-, se quedaron esperando una señal de lo alto.
La mañana del 21 de abril del año 753 a.C., Remo contemplaba el limpio cielo primaveral desde la cima del Aventino cuando divisó seis enormes buitres sobre su colina. Lleno de euforia, echó a correr hacia Rómulo, para anunciarle su victoria. Sin embargo, en ese mismo instante, una bandada de doce pájaros sobrevolaba el Palatino. Seguro de su victoria, y sin esperar la llegada de su hermano, Rómulo cogió un arado y comenzó a cavar el pomerium, el foso circular que fijaría el límite sagrado de la nueva ciudad, prometiendo dar muerte a quien osara atravesarlo.
Pero Remo, enojado por su derrota, lo cruzó desafiante de un salto. Obligado por el juramento que acababa de pronunciar, Rómulo dio muerte a su hermano, que fue el primero en pagar con su vida la violación de la frontera sagrada de Roma.
A partir del II milenio a. de C, casi a la vez que los aqueos o micenios en Grecia, penetraron en Italia una serie de pueblos de estirpe indoeuropea que se han denominado itálicos. Según parece, no todos los pueblos itálicos llegaron al mismo tiempo, sino que fueron penetrando en oleadas sucesivas. Los primeros en llegar fueron los latinos, que se asentaron en la región central de Italia, en el Latium (el Lacio).
El Coliseo de Roma es una de las más grandes construcciones romanas que ha llegado hasta nuestros días. También conocido como colosseum o coliseum, durante muchos siglos fue exponente del tremendo poder de este pueblo y de lo avanzado de su arquitectura. En la antigüedad, lograr la entrada en él era sinónimo de asistir a un espectáculo sin igual. En CurioSfera.com te explicamos la historia del Coliseo romano, su origen, cómo fue su construcción y sus características. ¿Comenzamos?


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